Windows 11 2022, ¿ahora sí?

Un añito ha pasado desde el lanzamiento de Windows 11 y, ahora sí, podemos decir que se acerca mucho más a lo que debería haber sido.

Llevo probándolo como una semana y pico, y es que la build de 2022 lleva rulando bastante más tiempo antes del lanzamiento oficial, y aquí te traigo mis impresiones y mis consejos para hacerlo más seguro, más privado y todavía más rápido.

Lo que mejora Windows 11 2022

Primero, ¿qué trae de nuevo Windows 11 versión 2022?. Pues lo primero y más importante: al fin podemos arrastrar y soltar en un programa que tengamos en la barra de tareas. Pero no solo eso. Este es un gesto que puedo hacer más de 5 veces al día, así de raro soy: me descargo un zip con una imagen, y sin descomprimir ese zip, lo abro y arrastro la imagen desde 7-Zip al programa que sea, como Affinity Photo. Voilà, tal y como ocurría en Windows 10, se descomprime y se abre en Affinity Photo a la perfección. Y esto sirve para cualquier formato de archivo.

Tengo entendido que han tardado tanto en recuperar esta funcionalidad porque Windows 11 está basado en versiones de Windows no dirigidas al mercado doméstico, que han tenido que refactorizar código de Windows 10 en este Windows y realizar un trabajo a fondo que atufa bastante a lo que todos sospechamos desde hace tiempo, que Windows es el ejemplo más grande de “spaghetti code” que existe sobre la faz de la Tierra.

Segunda mejora o característica: Clipchamp. ¿Os acordáis de él, no? Ya hablamos aquí de este gran editor de vídeo online. Pues resulta que Microsoft lo compró y ahora forma parte de Windows 11, por lo que ya tenemos un entorno para creación de contenidos bastante más decente que antes.

Otra modificación importante y que me encanta: el modo concentración. Lo activas y durante el tiempo que tú le marques te desactiva notificaciones y mensajes que aparezcan. Ya sabes que soy muy fan de los pomodoros y ayudas de concentración para hacer mucho más productiva tu jornada de trabajo, y estas cosas siempre son bienvenidas.

Otra mejora maravillosa pero aún insuficiente: el modo oscuro en más ventanas. Volvemos al “spaghetti code”: aún hay ventanas que aparecen con el aspecto anterior de Windows, pero al menos ahora se lo han currado más y nos ofrecen el modo oscuro en ventanas como el administrador de tareas, que por cierto, ya no muestra información sobre el uso de la GPU. Pero no te preocupes, porque este indicador fallaba más que una escopeta de feria por culpa de los maravillosos drivers privativos de empresas como AMD y NVIDIA. Supongo que por eso decidieron quitarlo. Ah, y también tenemos modo oscuro en el bloc de notas.

Otra novedad: mejoras en la imagen de nuestra cámara a nivel sistema operativo. Ya no dependemos de aplicaciones de terceros para mejorar la imagen, sino que Windows 11 aplica de serie mejoras para salir mucho más guapo en la decimoquinta reunión de Teams de la semana.

Podemos volver a agrupar aplicaciones en el menú Inicio, una de las cosas que desaparecieron de Windows 11 y que ahora han vuelto en formato de carpeta uniendo dos o más aplicaciones, al estilo teléfono (algo es algo), tenemos ahora subtítulos en todo lo que suene en el sistema (aunque por ahora solo en inglés), en octubre llegarán las ansiadas pestañas en el explorador y la nueva aplicación de Fotos, que eliminará para siempre el editor de vídeo que teníamos en Windows 10, vuelven las vistas previas en las carpetas… Y, en definitiva, parece que siguen trabajando en pulir Windows 11 para hacer de esta versión lo que debió haber sido en 2021.

Lo que me gusta

• Lo primero y más importante: lo noto todo mucho más fluido. De hecho, cuando vuelvo al Windows 10 de mi portátil de trabajo, lo siento todo como más tosco y lento
• Seguimos teniendo algunos problemillas de incoherencias visuales pero poco a poco lo van puliendo, eso también lo agradezco bastante.
• No he tenido absolutamente ningún problema de estabilidad. Todo me ha funcionado a la perfección, he podido instalar aplicaciones con mi querido script de Chocolatey y en menos de un minuto tenía mi equipo listo para trabajar con las aplicaciones esenciales
• Me gusta mucho que la nueva Terminal de Windows esté mejor integrada con Powershell
• Me gusta mucho también el menú de accesos rápidos a ciertas funciones si hacemos clic en los iconos de la derecha
• Y lo que más me gusta de Windows 11: puedo hacer scroll en el icono de volumen y este sube o baja. Algo que llevaba en Linux cerca de 20 años. De verdad, no puedo creer que esta sea mi novedad favorita

Lo que no me gusta

• Pues lo dicho, las incoherencias visuales. Además, algunas aplicaciones aún no se han mudado al nuevo entorno gráfico de Windows y se ven feotas. Por ejemplo, Audacity o Irfanview
• No puedo poner la barra de tareas en pequeñito, como podía hacer en Windows 10
• Las asociaciones de archivos aún siguen siendo terriblemente confusas, en una maniobra por parte de Microsoft que yo creo que roza la ilegalidad
• No me termino de acostumbrar a los iconos al hacer clic derecho para eliminar o copiar. No me resulta intuitivo, y encima, cambian de posición según estés abajo o arriba (menos mal que se puede cambiar esto siguiendo este tutorial)
• No me gusta tampoco que una novedad que anunciaron hace un año como es la integración de Android en Windows aún no esté del todo disponible. Solo está sacando la patita la App Store de Amazon. ¡De Amazon! ¿Por qué la de Amazon? Déjame instalar la Play Store, o Fdroid, o déjame instalar archivos APK de Android fácilmente y no con el extraño proceso que hay que seguir ahora
• Por cierto, los segundos en el reloj ni están ni se les espera

Pero aparte de esto, no me he encontrado nada que me haya producido un rechazo tan bestia como para no recomendar usar Windows 11 tal y como está ahora. Con lo cual…

¿Recomiendo ya Windows 11?

Yo creo que sí, con algún matiz. A menos que te sientas tan bien con Windows 10 que no quieras cambiar. Si te sientes estupendamente en Windows 10 quiere decir que no necesitas pasarte a Windows 11. Yo zanjaría el debate aquí. Ahora bien, si quieres un sistema operativo un poco más veloz, un poco más estable y un poco más “todo” (obviamente, han pasado más de 7 años desde el lanzamiento de Windows 10 y no tendría sentido que fuera para atrás en rendimiento general) pues entonces sí te recomiendo la actualización. O si has descubierto que tu juego favorito o tu aplicación favorita tiene alguna mejora de integración o rendimiento en Windows 11, por supuesto ya tardas en dar el salto.

Además, en octubre de 2025 se termina el soporte de Windows 10. Así que, a menos que demoren la fecha (seguro que lo harán si Windows 10 sigue teniendo la gigantesca cuota de mercado que tiene ahora), llegado el momento tendrías que cambiar a Windows 11 si no quieres comprometer la seguridad de tu equipo

¿Ahora bien, se puede mejorar Windows 11? Pues la respuesta es sí.

Cómo mejorar el rendimiento y privacidad de Windows 11 (y 10)

Básicamente he seguido este tutorial que tienes en Reddit. Instalando las aplicaciones que indican y siguiendo paso por paso las opciones a desactivar o activar. Lo que estamos haciendo con esto es desactivar la (bastante gris) telemetría de Windows, mejorar la privacidad y aumentar el rendimiento de nuestra tarjeta gráfica con drivers instalados limpiamente.

1. Instala las aplicaciones que indica: Optimizer, Windows Privacy Dashboard, Nvidia Clean Install y Display Driver Uninstaller
2. Sigue las indicaciones para Optimizer tal y como muestran las imágenes. Si te aparece alguna opción que no salga en las imágenes, no la toques
3. Lo mismo para Windows Privacy Dashboard
4. Borra los drivers de tu tarjeta gráfica que ha instalado Windows (y que, como ya sabemos, suelen no ser los mejor optimizados) con Display Driver Uninstaller
5. Instala los drivers de tu gráfica NVIDIA (si la tienes) con Display Clean Install. La aplicación se descargará los drivers y los instalará sin la telemetría de NVIDIA

No cabe duda de que están haciendo un gran esfuerzo en devolverle la grandeza a Windows con la última versión de la 11. Creo que Microsoft va por buen camino, aunque aún les queda trabajo para hacer que el sistema de escritorio más usado sea también el mejor.