Blackmagic Pocket Cinema Camera 6K: ¿valen la pena aún?

Blackmagic lanzó hace unos años las Pocket 6K Pro y 6K G2, dos cámaras de cine para un segmento de bajo coste pero con una altísima calidad de imagen. Ambas cámaras tienen prestaciones que otras marcas solo pueden soñar y a un precio muy comedido, por lo que se han consolidado como excelentes opciones para cineastas independientes y creadores de contenido que quieren dar un salto de calidad a sus vídeos.

Nos hemos preguntado si son realmente las mejores opciones para todo tipo de creadores y respondemos cinco preguntas que pueden surgir al plantear la compra de estos modelos.

Pregunta 1: ¿tenemos crop de verdad en las 6K Pro o es simplemente una magnificación?

Aquí la palabra es magnificación, y es que responde al estándar internacional que siempre ha habido en las cámaras de cine, que es Super 35. ¿Qué pasa aquí? Pues que si lo comparamos por ejemplo con full frame tenemos un poquito de magnificación. Pero como el estándar del que estamos hablando aquí es super 35, que es como se hacen el 99,9% de las películas que vemos en el cine, no se puede considerar que eso sea un crop como por ejemplo tenemos en micro 4/3. En el caso de micro 4/3, evidentemente tenemos un crop aplicado que hace que se recorte siempre la imagen.

Pregunta 2: ¿qué es el ISO dual nativo?

En las Blackmagic Pocket Cinema Camera 4K, 6K y 6K Pro tenemos dos valores de ISO, uno para entornos en los que tenemos mucha luz y otro cuando tenemos poca luz. Tenemos 400 ISO cuando tenemos mucha luz y tenemos 3200 ISO cuando tenemos poca luz. Esto quiere decir que nos conviene utilizar un valor que esté más cerca de 3200 o de 1250, que dicen que es el punto dulce de estas cámaras, si tenemos por ejemplo un entorno en el que tenemos poca luz. Entonces no tiene sentido levantar la ISO muchísimo porque ahí lo que estamos haciendo es cambiar el gamma de una forma artificial, sino apoyarnos en el valor superior si tenemos poca luz y queremos una imagen bien definida y sin ruido.

Pregunta 3: ¿qué opciones tenemos para trabajar en streaming?

Pues aquí tenemos algo muy parecido a lo que tenemos por ejemplo con mayoría de las cámaras Sony o Panasonic, y es que no tenemos una manera nativa dentro de la cámara de lanzar un streaming, por ejemplo conectada por USB a un ordenador, sino que tenemos que depender de periféricos. Podemos usar los famosos ATEM o dispositivos como Elgato Camlink para emitir por OBS.

Además, aquí contamos con un gran inconveniente, y es la falta de enfoque automático constante de estas cámaras.

Pregunta 4: ¿cuál es el mejor formato de grabación?

La gama Pocket (y todas, en general, de Blackmagic) tienen una gran baza, y es el formato BRAW, un códec que ofrece una gran profundidad de color y muchísima flexibilidad cuando estamos haciendo color grading en el programa para el que fue diseñado, DaVinci Resolve. Podemos usar ProRes también, pero yo siempre he grabado en BRAW para tener lo mejor de lo mejor, a un tamaño relativamente comedido, y moverlo con soltura a la hora de editar. En serio, no creerás lo ligero que se siente en Resolve.

Pregunta 5: ¿son cámaras para creadores de contenido?

Respuesta corta: no.

Respuesta larga: si no te importa tener una cámara con pantalla no abatible, problemas de calentamiento tras un uso continuado, disponer de tarjetas de mucho, muchísimo espacio y no tener autofoco, enhorabuena, vas a ser la referencia en calidad de imagen.

Eso no significa en absoluto que estas sean malas cámaras. ¡Todo lo contrario! Pero cada modelo va dirigido a un segmento determinado, y esta gama Pocket definitivamente mira a un tipo de usuario mucho más enfocado al trabajo creativo: realización de cortometrajes, largometrajes, videoclips y, en definitiva, piezas audiovisuales para las que una mirrorless de uso común se queda corta.