10 consejos para escribir tu guión

Seguro que alguna vez te has embarcado en la aventura de escribir un guión para la pequeña o la gran pantalla. El folio en blanco, los arcos de personajes, las incoherencias en la trama… Todos hemos pasado por eso alguna vez. No voy a descubrirte la panacea, pero con esta guía te ayudaré un poco a la hora de lanzarte a escribir. ¡Vamos allá!

Hazte esta pregunta: ¿qué quiero contar? Esto nos lleva a la idea matriz, una primera directriz que nos servirá de guía. Con esta idea de base, podemos empezar a desarrollar un primer argumento de tu obra, que es ni más ni menos que la sinopsis que puedes leer en cualquier reseña o carátula de una película
Escribe de lo que sepas. ¿Es tu primera obra? Pues no escribas una superproducción, sino algo que tengas cerca, que sea fácil y barato que hacer. Recuerda que, al principio, lo que quieres es demostrar que sabes gestionar unos recursos, no lo grandilocuente que puedes llegar a ser
La estructura de la historia. Hay dos tipos de estructura: la estructura interna y la estructura externa. La estructura interna es el desarrollo del paradigma clásico de planteamiento + nudo + desenlace en una obra canónica o arquetípica de largometraje. En cada uno de los “pliegues” de este paradigma habrá un acontecimiento catalizador que hará avanzar la historia. Para el cortometraje, ya vimos que esta estructura no es necesario respetarla, ya que disponemos de menos tiempo para desarrollar el paradigma clásico. A Robert McKee le gusta también incluir un gran acontecimiento central traumático en la obra, algo que parte la película en dos y que posiciona aún más lejos de su objetivo al protagonista. Un ejemplo de este concepto es la escena del tiranosaurio de Jurassic Park. La estructura externa por su parte es, ni más ni menos, que el aspecto externo de tu guion. Ya vimos cómo darle formato a un guion usando el software gratuito Kit Scenarist, aunque en un futuro próximo entraremos un poco más en detalle en cómo utilizar esta aplicación para escribir guiones.
Haz que avance tu historia. François Truffaut dijo una cosa muy bonita, y es que en el cine americano son los acontecimientos los que mueven a los personajes y en el cine europeo son los personajes los que mueven los acontecimientos, los que hacen que la historia avance. Un ejemplo de lo primero sería de nuevo Jurassic Park y de lo segundo, Amor, de Michael Haneke
Transforma de negativo a positivo o de positivo a negativo Robert McKee también hace hincapié en un aspecto fundamental en una historia: siempre tiene que haber una transformación de positivo a negativo o de negativo a positivo. Si no existe esto, es cuando tenemos esa sensación de que una película es “plana” o que “no ocurre nada”. Aplica este concepto a la historia en general y a cada una de las secuencias de tu obra. Verás cómo así haces avanzar la historia como por arte de magia
Piensa en imágenes. Estás escribiendo una historia que se va a mostrar en imágenes y sonido, así que a nadie le importa los pensamientos abstractos de tus personajes, sino lo que hacen
El protagonista y el antagonista. Crea un antagonista potente y verás cómo tu guión ganará fuerza.
Escribe, escribe y escribe. Malcolm Gladwell, en su ensayo Los fuera de serie afirma que, para alcanzar la excelencia en algo, tienes que llegar a las 10.000 horas de práctica. ¡Diez mil horas! Eso son dos 426 días, un año y pico dedicado única y exclusivamente a la tarea que quieras dominar
Escribir es reescribir. Empieza desde lo más grande a lo más pequeño. Crea una estructura general y luego métete en los recovecos de la historia y hazla más rica.
Copia, expolia. Esto lo dice Tarantino. No tengas miedo de tomar elementos de otras películas u obras artísticas para llevarlo a tu terreno